Entrevista a Oscar Boluda

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Oscar Boluda Ivars es un docente apasionado por los retos y proyectos. Experto en metodologías y digitalización, ha contribuido a la FP desde su blog EFEPEANDO y sus publicaciones, entre ellas las dos últimas, en formato libro: Aprender en la FP y Diseña tu proyecto intermodular. Le preguntamos:


Para los docentes y profesionales de la educación es importante el qué y desde dónde. En ese sentido, ¿cuándo y porqué tomas la opción por la docencia en FP.?


Creo que cierta querencia innata, junto a algunas casualidades del destino, me condujeron hacia el mundo educativo. Durante la universidad di algunas clases de apoyo en un colegio como voluntariado; luego, al finalizar los estudios y realizar el servicio militar, con el fin de terminar pronto esa obligada etapa, opté por una plaza de maestro para preparar soldados para el graduado escolar. Más adelante, tras una breve experiencia en la empresa privada, entendí que la educación era una vía excelente para desarrollarme profesionalmente y ser feliz con una vocación . Y así, casi por casualidad, tuve la fortuna, tras haber superado los exámenes para profesorado de FOL pero sin obtener una plaza en la enseñanza pública, de ser seleccionado en el centro actual donde todavía ejerzo como docente y donde no he podido tener mejores mentoras: la Escuela Profesional Xavier. En este centro educativo confirmé el sentido de esta profesión.


Te incorporas a un centro de FP privado, pero mantienes contacto con el profesorado de toda la FP a través de formaciones a las que asistes y que impartes, congresos, jornadas... al respecto, ¿Cómo ves la FP?


La veo con ilusión, y entendiendo esta etapa como una oportunidad única para muchos jóvenes, y no tan jóvenes, que necesitan abrazarse a un futuro personal y profesional con ciertas garantías y donde puedan seguir creciendo en unas condiciones dignas. Sin embargo, tengo ciertos sentimientos encontrados con el rumbo que, desde la FP, puede llevarnos hacia un sistema demasiado burocratizado o donde solo importen los criterios económicos y de productividad a la hora de valorar el desempeño docente y del alumnado.

La mayoría del profesorado tenemos inquietudes similares, pese a la diversidad de los claustros, con unas necesidades que pueden ser puntualmente diferentes según las familias profesionales pero que coinciden en la falta de recursos o herramientas para mejorar la enseñanza y afrontar la transformación vertiginosa del mundo laboral.


¿Hay diferencias según territorios?

En los centros de las comunidades autónomas que he tenido la fortuna de visitar, siempre me he encontrado un profesorado atento, pero crítico con los cambios que se producen. Quizás ahora se observa un mayor desespero para atender a los jóvenes alumnos; hay a menudo una cierta incomprensión o desconocimiento de qué motiva a los jóvenes hoy en día o cuales son sus preocupaciones. Los más solemos olvidar esa etapa en nuestras vidas, a pesar de que las circunstancias actuales difieren de etapas pasadas e idealizadas.

Por tanto, no observo grandes contrastes entre territorios ni entre centros públicos o privados; con la excepción de unas condiciones laborales demasiado dispares e injustas en función de la titularidad del centro o de la comunidad autónoma donde se ubican.

Creo que tenemos una gran suerte con el profesorado de FP que tenemos a lo largo de todo nuestro país. Aun así, considero que en todos los lugares necesitamos una mayor valoración de nuestra figura y un impulso de una carrera profesional que nos permita crecer en lo realmente importante: mejorar los aprendizajes de nuestro alumnado y tener los medios para llegar a todos y cada uno de ellos y ellas.


La nueva regulación a partir de la Ley 3/2022 de 31 de marzo, de Ordenación e integración de la formación profesional, a tu entender, ¿qué aspectos positivos aporta y qué retos le quedan todavía por resolver?


Entiendo que estamos todavía en una fase inicial con mucho trabajo por hacer y planteada de diferente modo según cada comunidad autónoma. No hemos sido capaces de enfocar los cambios de un modo común, a pesar de estar bajo el mismo marco normativo estatal, y cada equipo de gobierno mantiene enfoques distintos de su desarrollo.

Destacaría ciertos cambios, además de la integración de la FP para el empleo con la FP educativa, que pretenden modernizar un sistema que funcionaba razonablemente bien pero que necesita actualizarse. Es necesario actualizar las titulaciones a través de una programación de los módulos que no esté encorsetada e incidiendo en el trabajo colaborativo y en las competencias personales. Los proyectos intermodulares o la inclusión de la digitalización y la sostenibilidad deberían ayudarnos a modernizar nuestra oferta formativa. Eso sí, seguimos con pocas orientaciones y percibo cierta sensación de estar perdidos en cómo afrontar unos cambios que se han producido de la noche a la mañana.

Asimismo, nos toca insistir en una transformación metodológica que se ha ido produciendo en muchos centros desde hace años a través de retos y proyecto; al igual que también es necesaria una innovación educativa realista, desde la experimentación, pero basada en el conocimiento, y no en ciertas modas que solo distraen nuestra labor docente o provocan un entendible rechazo. Espero también que el impulso de la formación en las empresas, el refuerzo de la orientación académica y profesional, la investigación aplicada, el nuevo módulo de Itinerario Personal para la Empleabilidad (IPE) o esa promovida internacionalización de los centros, se lleve a cabo con los recursos humanos y materiales que precisa una ley ambiciosa. Tenemos una labor inmensa por delante y el apoyo de la administración y los equipos directivos sigue siendo fundamental para no caer en unos cambios meramente estéticos.


Entendemos que tus recientes publicaciones, enunciadas en la presentación de la entrevista, intentan aportar luz en la implantación progresiva de la Ley. ¿Qué quieres aportar con la situación actual en que se encuentran los centros y docentes?


Desde mi posición, como un docente más de FP, tan solo pretendo aportar mi experiencia y los recursos que utilizo en el aula junto a mis compañeros en mi escuela. A pesar de que cada uno de nosotros tenemos una visión particular sobre la educación hay muchos aspectos o metas que compartimos. El profesorado, como norma, suele querer dedicarse principalmente a dar sus clases de la mejor forma posible y que no lo líen demasiado con otros asuntos. Ahora, con los retos planteados con el nuevo sistema de Formación Profesional, necesitamos un acompañamiento y cierta pedagogía para afrontar estos cambios; saber hacia dónde vamos y qué sencillas variaciones podemos ir implementando para mejorar sin acabar saturados con un exceso de tareas secundarias. Mis aportaciones tratan de ser pragmáticas y desde el aula. Son reflexiones en voz alta sin dejar de lado esa utopía que debiera imbuir a todos los profesionales de la educación; pero sin desdeñar esa imprescindible preparación técnica y adaptación a los cambios digitales y sociales que nuestro alumnado debe afrontar con los mejores medios posibles.


Desde ESSCOOP tenemos como centro de interés el emprendimiento en la actual FP. Crees que su impulso es sólo es un tema recurrente para centros y docentes, o lo ves necesario para nuestro alumnado de FP. A tu entender, ¿Qué les aporta?


Creo que el concepto de emprendimiento no lo tenemos bien interiorizado o quizás no comprendamos bien su alcance. En mi caso, a pesar de que no me ocupo de los módulos que lo incluyen en su programación, creo que hemos simplificado el emprendimiento con la idea de montarse un negocio y poco más (sin demasiada efectividad); no entendiendo que el intraemprendimiento (creatividad y habilidades de los empleados para innovar dentro de una empresa) es también una parte fundamental que, desde ESSCOOP u otras entidades se viene promoviendo desde hace años. Son iniciativas, como mencionaba anteriormente, que nos facilitan tener un enfoque adecuado del emprendimiento en las aulas de FP y más allá de simples teorías o contenidos enlatados. Es necesario acercarnos a este tipo de empresas (cooperativas, fundaciones, asociaciones...) y conocer su importancia y las posibilidades que profesionalmente les brindan.


ESSCOOP quiere ser un espacio referente para los docentes que quieren hacer presente la Economía Social y Solidaria y el cooperativismo en los centros y aulas para así impulsar en el alumnado otro tipo de economía que transforme ¿Crees que es posible?


Por supuesto. Debemos debatir con el alumnado que hay distintas formas de crecimiento económico más allá del modelo imperante y de un enriquecimiento desigual; que se puede seguir creciendo buscando un equilibrio social y ambiental de la mano de una pyme o de una multinacional.

Necesitamos mucha formación y conocimiento al respecto frente a los discursos que predominan en las redes y que acaparan la atención de jóvenes y no tan jóvenes. La intoxicación informativa o la simple ignorancia de otras alternativas solidarias son un problema creciente ante visiones populistas que solo buscan satisfacer intereses propios sin medir los perjuicios que ocasionan.


¿Qué aspectos se deberían potenciar en nuestro sistema educativo para conseguirlo?

Como acabo de comentar, es preciso contar con una mayor y mejor formación del profesorado y seleccionada con mucho más cuidado. Necesitamos tener cierta base y disponer de herramientas útiles para introducirnos en una economía social que solemos desconocer. La educación, también en FP, es básica para transmitir un discurso solidario necesario en una sociedad que tiende al escepticismo en todos los ámbitos. El módulo de IPE, el de sostenibilidad o el proyecto intermodular, son oportunidades para avanzar en este sentido. Pero, para ello, se necesita una estrategia clara y unas líneas de trabajo acordadas desde los centros educativos; los equipos directivos, las jefaturas de departamento y todo el profesorado debieran participar en este modelo solidario por el que apostamos, independientemente de nuestras posiciones vitales.